“…La
escuela de hoy propone trabajar con el educando a partir de una propuesta
totalizadora, holística, esto es, considerando lo que él es y puede llegar a
ser con los otros, sumando las condiciones que el medio provee o dificulta…”(…)
“…Esto implica que se considera las diferencias desde las singularidades, pues
la enseñanza debe ser diversificada y heterogénea, para poder lograr los
objetivos de mejorar la calidad de los aprendizajes en un marco de respeto por
la diversidad…”(“La Diversidad en
el Proceso de Enseñanza y Aprendizaje, 2008. Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y cuyos autores son: José María Tomé y Andrea Koppel”).
Por tal motivo, (Diego Gonzáles Castañón,
en la Revista “Topia”, N°5, Buenos Aires, Marzo de 2001), expresa los
siguientes pensamientos, que con posterioridad, serán interpretados por este
grupo de trabajo:
“…Acostumbramos
a pensar la discapacidad como condición en sí misma. Sin embargo, la
discapacidad es una condición relacional, un producto en el cual una limitación
funcional, en cualquier área del funcionamiento humano queda sancionada por la
sociedad como una desvancía de escaso valor social”… (…) “…Todos, sin dudas
tenemos limitaciones funcionales, pero no representan una desventaja social…”
(Diego Gonzáles Castañón, en la Revista “Topia”, N°5, Buenos Aires, Marzo de
2001).
Consideramos que este pensamiento será el
eje vertebrador de todo nuestro análisis posterior, ya que si no tenemos bien
claras ciertas cuestiones de fondo, no podremos, de ninguna manera, lograr
cambios radicales que necesita la educación y por ende, la calidad de vida de
nuestros alumnos/as y de todos/das los actores sociales implicados en el
proceso de enseñanza y aprendizaje y de la comunidad donde estén incluidos
nuestros proyectos y nuestras actividades.
“…La sociedad naturaliza el Paradigma
porque es una estructura de pensamiento que condiciona la forma de ver las
cosas, prescribe cuáles son las investigaciones y abordajes adecuados y
anticipa los modos de verificación de los enunciados que hagan sobre los
objetos abordados.En el paradigma del déficit se compara cuantitativamente a
los objetos (en este caso, a las personas con limitaciones funcionales
necesitan para tener las vidas que ellos/ellas quieran tener y puedan
sostener.Pensar en apoyos nos permite identificar a estas personas no sólo con aquello
de lo que carecen, sino lo que pueden, pudieron y podrán(sin juzgarlo
cuantitativamente y rotularlo de “deficiente”. Y no intervenir para suplir la
falta sino para brindar desde el entorno la ayuda que necesitan para vivir,
como sucede en la vida de los “convencionales”. Si uno piensa en apoyos, deja
de pensar en persona dependiente de por vida en todos los aspectos y pasa a
pensar que esta persona requiere algunas ayudas…” (Diego Gonzáles Castañón,
en la Revista “Topia”, N°6, Buenos Aires, Marzo de 2001).
Desde esta perspectiva, resulta
pertinente resaltar que, la educación debe estar basada en la inclusión, a los
fines de brindarle a cada individuo, con discapacidad o sin ella, los apoyos
necesarios en la evolución de los procesos de enseñanza y aprendizaje,
mejorando y construyendo con equidad, participación y democracia en
los/las alumnos/as, su calidad de vida y
la interacción que la escuela tenga con la misma, a los efectos de lograr en
los/las sujetos la mayor independencia posible y un rol social dentro de la
comunidad y la sociedad en su conjunto.
“…Que las distancias sean vistas como
vacíos fértiles y no como brechas.Podrán decir que soy un soñador y que el ser
humano lleva en su naturaleza la intolerancia a lo distinto, pues no soy el
único que piensa que, podemos cambiar esta forma de vivir…” (Diego
Gonzáles Castañón).